Durante el mes de octubre de 2022, se publicará mi nuevo libro, titulado Vínculos que enferman, como número 4 de la colección Cuadernos Mínimos de nuestra editorial.
Este es un libro que escribí, por así decir, sin darme cuenta. En julio de 2022, estaba pasando unos días con David Palau en una preciosa casita que tiene alquilada en Tregurà de Dalt, cerca de Camprodon. Tenemos la costumbre de retirarnos a ese lugar, durante unos días, con una cierta frecuencia, porque se disfruta de una soledad y de un silencio envidiables, que propician la conversación tranquila y el aislamiento productivo (hay que decir que cuando los retiros se producen en verano contamos, además, con el aliciente añadido de que la zona está repleta de buenos restaurantes).
Estaba, precisamente, administrando este mismo blog. Suelo contribuir, de forma aperiódica, a determinados foros de internet, y de cuando en cuando reviso, por curiosidad, mis contribuciones. A veces, algunas me parecen de interés, y entonces las incorporo a este blog. Suelo hacerlo tiempo después de haber realizado la contribución: cuando un escrito es muy reciente, suele estar demasiado «caliente», para uno mismo, como para hacerse de ello una apreciación objetiva; a veces, dejo transcurrir años, hasta que me vuelto a fijar en algo que escribí, y si entonces considero que resulta interesante publicarlo, lo hago, respetando siempre la fecha de creación.
En este caso, reparé en tres contribuciones mías: Soledad, compañía, trabajo, escrito el 29 de diciembre de 2019; La generosidad de tener hijos, escrito el 2 de febrero de 2020, y Contra la amistad, un concepto insalubre, escrito el 4 de agosto del mismo año. Me pareció que el conjunto de esos tres escritos resonaba especialmente con la ponencia Pareja o revienta. El amor a cualquier precio, que presenté el 15 de mayo de 2022 a las xxi Jornadas Psicoanalíticas organizadas por el EPBCN, tituladas Aperturas en psicoanálisis (X).
Eran cuatro textos que, de alguna manera, conversaban entre ellos. Se decían cosas unos a otros. Era como si hubiesen sido escritos para ser publicados juntos. Sin embargo, yo los había escrito uno detrás de otro, porque tenía ganas de hacerlo, en el caso de los tres primeros, y porque, además, había adquirido el compromiso de presentar una ponencia. Ninguna intención unificadora.
A veces pasan estas cosas: uno descubre que tenía un libro escrito y no lo sabía.
Se lo comenté a David Palau, y en pocas horas disponíamos ya de una premaquetación de esos cuatro textos en forma de libro.
Ahí comenzó el proceso de publicación, que tiene su propia historia y su propio interés. Pero eso lo dejo para otro post, el que se refiere a la presentación del libro.